Parece que ha sido ayer, y ya van 7 meses y unos cuantos días de aquel 11 de mayo. Día en el que para unos era novedad, pero no para otros, logramos ser campeones de liga, y ascender a primera. Liga más que especial, ya que tras estar toda la temporada luchando cada partido, logramos obtener el título de campeones en el último partido, ante el San Miguel, buen equipo, que ya nos había ganado en su campo, con un 2-1, pero que no fue capaz de derrotarnos en casa ante nuestra afición. Afición, que acudió a dejarse la piel en las gradas, animando sin cesar, y con más ímpetu que nunca, afición que respondió y de que manera al partido. A través de numerosas trompetas, silbatos, chapas, banderas, el bombo del club y demás artilugios, acompañados de cánticos propios, le dieron al equipo Rojiblanco confianza y garra para luchar el partido hasta el final. Cada gol fue celebrado cómo el que más, y cada gol recibido fue respondido por la grada con gritos de ánimo hacía el equipo para que en ningún momento se diesen por vencidos. Frenético fue el partido, que empezaron anotando los visitantes con un tempranero gol, que descolocó al equipo, pero que supo responder y igualar el marcador a unos con gol de Carlos.Situación que para ellos era válida, y les otorgaba el título matemáticamente, solamente nos servía la victoria. Minutos después, el San Miguel volvió a anotar, los nervios se notaban ya en los jugadores, ya que de nuevo debíamos darle la vuelta al marcador, anotando mínimo 2 goles. Con confianza, no dieron el partido por finalizado, y lograron marcar a gol de Dani, y por una segunda vez Brais anota el 3-2 que nos dió la victoria a la vez que el título de campeones de liga, y el ansiado ascenso a primera. Tras el pitido final las lágrimas abordaron los ojos de los jugadores, no cabían en sí, al igual que la afición. Momento que quedará en nuestras retinas, el saber que ya todo había acabado, y que los 9 meses de lucha, habían dado su resultado, mientras el equipo saltaba de alegría en el centro, con el Capitán y entrenador a la cabeza, es indescriptible. La fiesta prosiguió durante todo el día, y días posteriores, disfrutando el título cómo nos merecíamos, tanto la afición cómo los jugadores. Temporada que quedará siempre en nuestros corazones, y recordaremos siempre, que nos hizo permanecer siempre juntos, y nos hizo una pequeña gran familia, familia que sigue ahora unida, y siempre lo seguirá, con nuevas metas que lograr, seguiremos trabajando juntos, con el fin de lograrlas y poco a poco, seguir superándonos.
Familia unida, jamás será vencida'
